Políticas de escaparate, compre, compre.

Ante el anuncio del PP, que pretende llevar en su programa para las próximas elecciones generales la cadena perpetua, eso si, revisable, solo falta que nos anuncie que impondrá la felicidad por decreto ley. Esto no deja de ser política de escaparate.

A cualquiera que le pregunte si desearía acabar con todas las guerras, y de una vez por todas, casi todo el mundo respondería que si, salvo que sea usted trabajador en la fabrica de las bombas, claro.

Lo que hace falta es revisar todo el código penal de arriba a bajo, y no quedase mirando el escaparate de la tienda de las propuestas, para decirles a los ciudadanos, que bien le sienta a Mariano el traje de Presidente. No podemos seguir viendo como sale casi rentable que alguien acumule hurtos, y aquí no pasa nada. No es de sentido común que personas con condenas de sangre puedan representar a nadie en las administraciones, o como declarase moroso permite llevar una vida acomodada, no es de recibo que gastar a manos llenas el dinero público y dejar deudas pueda quedar impune.

Pero cuando uno escucha las propuestas de hasta ahora, vicepresidente del Gobierno decir que el, si llega a presidente adelgazará las administraciones públicas porque con la crisis esto no hay país que lo sostenga, o era desaceleración. No habrá tenido tiempo el hombre en estos siete años de Gobierno de ponerse en serio, porque la broma de abrir la caja del Estado a petición del Gobierno de Cataluña, a muchos nos dejas “descolacaos” viendo como se lo gastan en la construcción de su oasis particular, y declarándose insumisos a las sentencias de los tribunales.

Lo que nos queda por escuchar de aquí a las elecciones.