Somos el primer eslabón (A) en la cadena de nuestra democracia. Somos los que decidimos que políticos no queremos.

8 de diciembre de 2011

PP y PSOE: Dos caras de la misma moneda


La incultura política vigente en España en el año 2011 y en mucho antes se manifiesta entre otras formas en el hecho de que los españoles acuden a las votaciones de los procesos electorales en los distintos parlamentos municipales, autonómicos y estatales como quien va a presenciar un partido de fútbol.

Si obtiene la victoria el candidato al que ha votado un determinado ciudadano, ese ciudadano siente que ha vencido y viceversa.

Del mismo modo ocurre en un partido de fútbol o de otro deporte entre el equipo local y el visitante. Si gana uno de ellos, el resultado positivo es un bien en sí mismo y sus seguidores tienen justificado motivo de satisfacción e incluso de orgullo hasta la siguiente confrontación.

Para desgracia de los españoles que así sienten, las votaciones para cargos públicos no son el punto final de un proceso sino que la victoria, la derrota o el match nulo se manifiestan tiempo después de finalizar el partido.

El resultado de las elecciones supone la posibilidad de que se tomen las medidas conducentes a plasmar las promesas que los candidatos han ofrecido a los electores y que reflejan más o menos la visión que éstos tienen sobre cómo quieren que esté configurada la sociedad en la que les ha tocado vivir.

En España (o en lo que queda de ella) antes de la campaña los electores de forma visceral ya se identifican con los partidos en liza (sin saber cuál va a ser su programa ni cuáles van a ser los candidatos que presentan), exactamente como en una competición deportiva, donde la alineación de los jugadores es irrelevante.

Durante la campaña los candidatos se limitan (ya tienen el voto asegurado en un 75%) a decir vaguedades o a exhibir un programa suficientemente confuso y falto de principios y valores (ni el PP ni el PSOE tienen ni un principio ni un valor, distinto a la pretensión de alcanzar el poder) para no comprometerse con una determinada acción o con tomar una determinada medida. Pero si por falta de previsión incurren en una promesa que luego no les conviene cumplir, ninguna responsabilidad se derivará de ese incumplimiento. La victoria todo lo purifica, incluso las promesas incumplidas.

Desde las elecciones en los años 1980 el PSOE, se ha adjudicado un mensaje (con independencia de que ese mensaje tenga o no algún parecido con la realidad) que de manera clara ha calado en el electorado: “el PSOE defiende a las clases más débiles económicamente”.

Simultáneamente y de forma tan visceral como el primero ha surgido otro: “el PP administra mejor que el PSOE”, “despilfarra” (ya me entienden) menos que el PSOE.

De manera que en épocas de bonanza la gente (ese 20% o 30% del electorado que fluctúa de un match a otro) se siente “solidaria” y vota tan irresponsablemente al PSOE como cuando en época de “vacas flacas” vota al PP para que le saque del atolladero.

Terminado el match con la victoria de unos y la derrota de otros debemos superar la visceralidad de nuestra reacción ante la competición y preguntarnos ¿En qué medida nos beneficia personalmente el resultado electoral?

Dejando aparte a los señalados para disfrutar de las bicocas del manejo de los fondos públicos por la ocupación de cargos en la Administración Pública o por el contrario para ser separados de ese placer, debemos repasar los problemas que nos rodean y ver en qué medida se van a reducir y/o agravar de estar el PP o el PSOE en el poder.

Para ello voy a revisar una serie de variables que constituyen a mi entender nuestro entorno y condicionan el funcionamiento de la sociedad española.

La Vida. Tanto PP como PSOE están de acuerdo en mantener el asesinato que es el aborto. Se diferencian en el número de semanas que consienten para que se practique. Continuarán las decenas de miles de españoles asesinados antes de nacer. Ambos coinciden.

La familia y el matrimonio homosexual Se mantendrán para evitar que protesten los colectivos de transexuales, lesbianas y demás, imprescindibles para nuestro devenir histórico y dado que el PP no tiene principios ni valores. Ambos coinciden.

La Democracia. PP y PSOE comparten que los Altos Tribunales estén sometidos al poder político, lo que ocurre desde que rige la LOPJ de 1985 que infringe flagrantemente el artículo 122.3 de la Constitución Española de 1978. De manera que hoy España no es un estado de derecho.

El independentismo catalán. La inmersión lingüística. Bajo el gobierno del PP se ratificará la exclusión del idioma español del territorio catalán. Rajoy ha afirmado sobre las críticas a la inmersión lingüística que “son exageradas”.

Es más que probable que se incremente la ruptura de España concediendo a Cataluña el “Pacto fiscal” a semejanza del “Cupo Vasco” para garantizarse el visto bueno de los independentistas catalanes (CIU) cuando sea necesario.

El independentismo vasco ETA, llevada al Parlamento español por el PSOE continuará disfrutando del dinero público de los españoles para no estar discriminada con respecto a CIU que no es menos independentista y que goza del beneplácito de Rajoy. Además Rajoy la respetará para no enemistarse con CIU ni con PNV.

La masacre del 11 de Marzo. Se le dará el carpetazo definitivo para que nunca se conozca “oficialmente” (hay muchos indicios que indican quien lo hizo) al autor intelectual de la misma. Durante ocho años el PP no ha movido un dedo para esclarecerla. ¿Lo va a intentar ahora? Ambos coinciden.

El paro. Las promesas de Rajoy de que creará empleo no son fiables. Se escuda en el “lo hicimos y lo volveremos a hacer”. Sin indicar qué es lo que “hicimos” ni qué es lo que van a volver a hacer. Lo que demuestra que no sabe qué hacer.

La flexibilidad en el mercado laboral sólo garantiza que las empresas reducirán los costes de despido, no, el incremento de la contratación laboral. La historia demuestra que cabe un alto nivel de empleo con rigideces en el mercado laboral.

La única posibilidad de incrementar el empleo es que las empresas reciban pedidos (tengan ventas) y esto pasa por que los consumidores nacionales dispongan de dinero para poder comprar, lo que únicamente se puede conseguir (con nuestra deuda pública en los niveles actuales) mediante la conversión de los impuestos indirectos, los que incrementan el precio de las cosas (del orden de 35 000 millones de euros anuales) en directos (que paguen las rentas altas mayoritariamente y no las más bajas), con lo que los consumidores podrán adquirir mucho más de lo que actualmente consumen, reactivándose así la economía. Ni PP ni PSOE lo aceptan. Coinciden ambos.

Los PER (Plan de Empleo Rural) mediante los cuales los españoles de fuera de Andalucía y Extremadura pagamos el paro a los españoles de esas regiones, por decisión del PSOE desde los tiempos de Felipe González ¿Se atreverá el PP a suprimirlo?

La Edad de Jubilación. No está previsto que se reduzca. Coinciden ambos.

El fraude fiscal, que se valora moderadamente en más de 70 000 millones de euros anuales. ¿Qué nos han dicho los candidatos al respecto? Coinciden ambos en mantenerlo.

Los Impuestos Los impuestos indirectos los sufren fundamentalmente las clases sociales más desfavorecidas. El PSOE ha incrementado el IVA en un 2%. Rajoy no modificará esta decisión, que implicaría aumentar los impuestos que pagan las clases económicamente más fuertes. Coinciden ambos.

Las SICAV. El PSOE estableció las SICAV, paraísos fiscales dentro de España para que los grandes patrimonios no tuvieran que tributar. Rajoy no se enemistará con ellos. Coinciden ambos.

La corrupción. Si hubiera voluntad política en 24 horas quedaría erradicada. Pero la corrupción es la alegría de los políticos. Es la posibilidad de tener e incrementar la corte de admiradores y de seguir oyendo “siempre a tu disposición”. Sin ignorar el engorde del bolsillo propio y ajeno. Coinciden ambos.

El Déficit Público. Forma parte de la gran familia de la corrupción. Se mantendrá. Coinciden ambos.

Los bancos. Seguirán recibiendo dinero público (el de los impuestos) para beneficiarles “como sea”. Los bancos (por influjo de la masonería) son los grandes beneficiarios de nuestra sociedad. Coinciden ambos.

Las subvenciones. Rompen la igualdad de los españoles, discriminando entre los amiguetes de los políticos de turno y los que no disfrutan del “chollo” de tener amigos en la casta política. Coinciden ambos.

CONCLUSIÓN
Históricamente está confirmado que todas las agresiones a la convivencia, a la democracia y la dignidad de España perpetradas por el PSOE son ratificadas inexorablemente por el PP. Actúan de forma coordinada, dando simultáneamente la impresión de que se oponen entre sí, sin duda para darnos la impresión de que podemos elegir, pero son los mismos perros con los mismos collares y se diferencian sólo en las siglas: PP vs PSOE.

La única diferencia entre ambos es su nivel de cinismo. El nivel de la discrepancia entre lo que prometen a sus posibles electores y lo que proyectan realizar si pueden. Valorar el nivel de cinismo forma parte de lo subjetivo.

¡De peores hemos salido!
Angel Raimundo Boya

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